Pues nada…  El Día Internacional para la Cero Discriminación, que se celebra cada 1 de marzo, es una buena oportunidad para promover y recordar el derecho que tiene cada persona a vivir una vida plena, con dignidad, independientemente de su aspecto, sexo edad, religión, lugar de procedencia, condición social, las opiniones, raza, discapacidad, origen étnico, orientación sexual, lengua, condición medica o cualquier otro motivo.

Es la oportunidad de evaluar lo que hemos avanzado, y sobre todo, los retos que deberíamos cumplir como sociedad, instituciones y gobiernos. Las medidas que nos han dictado desde las sociedades, con lo que llamo “las nuevas necesidades” dictan el camino que deberíamos cumplir para llegar a una cero discriminación. No se trata de buscar privilegios para nadie; sino que haya, un piso parejo en la aplicación de los derechos humanos para todos y todas. Las mujeres siguen siendo victima de un sistema que presenta claramente un desbalance.

Muchos grupos que han sido mal llamados “Grupos Vulnerables”, y lo correcto sería, Grupos Vulnerados, porque han sido los mismos tropiezos del sistema y algunos tomadores de decisiones quienes les vulneran y laceran sus derechos. LGBTTTIQ+, mujeres, niños, niñas y adolescentes, personas afro, con alguna discapacidad motriz, mental, personas de la tercera edad; Incluso, hombres maduros ha sido presa en algún momento de discriminación, ámbitos muchos, familiar, social, institucional, también ellos son quienes han sido victimas de un sistema hereditario machista. Y también tenemos que reconocer, el hecho de que muchos de esos hombres machistas, son los que intentan cambiar este mundo tan desnivelado. Sigamos avanzando de verdad vale la pena, salir a la calle y ser libre; vale la pena apostarle a tener una garantía de derechos, vale la pena vivir en una sociedad que no te discrimine por no tener el celular de moda, por la ropa que vistes, por la apariencia que tenemos, por el cuerpo que tenemos o por las carencias o virtudes que poseemos, hasta la próxima.